Regresamos

Regresamos a Chihuahua, se termina una etapa y comienza otra, el reto es mantener el ánimo y la esperanza para poder continuar luchando por lograr la mejor recuperación posible.

Avanzando

El Viernes pasado le hicieron un estudio a Juan para verificar que la fístula dural estuviera bien sellada, estuvimos en el Hospital casi todo el día, pues el Dr. Orlando Díaz repitió de nuevo la angiografía, ¡Gracias a Dios todo salió muy bien!!! ratificaron que ya está curado totalmente, ahora, "solo tiene que hacer 36 horas diarias de terapia", dijo el Doctor, tratando de decirnos que entre más terapia haga.....mejor, del empeño y coraje que él ponga, va a depender en mucho el resultado de la recuperación, de hecho, ya hemos visto los avances que Juan ha tenido con la terapia, ya logra pararse y dar unos pasitos con ayuda.

La vida es cambio

Ayer hablé con Javier Rascón, un amigo de Juan, que habló para preguntar por su salud, me dijo, ¡Cómo te cambió la vida mujer!!! eso me hizo reflexionar en el cambio, el cambio es la constante en la vida, siempre estamos cambiando, aunque tengamos la ilusión de que las cosas están estables, sin embargo, hay etapas en las que el cambio se hace más patente, como ahora, siento como si hubiera entrado en un remolino que desacomodó mi vida, con otras experiencias, diferentes problemas, dificultades, también nuevos motivos de gozo. Me hubiera gustado que las cosas no cambiaran, que todo se quedara igual, pero, la vida no es una pintura, ni un libro escrito, es lo inesperado. Aceptar el cambio, adaptarme a él, ser flexible, estar dispuesta a experimentar, estar abierta a lo que venga. El cambio también es bueno, porque el cerebro crea diferentes caminos para solucionar los problemas, se conectan nuevas neuronas, aprende , se mantiene, se desarrolla, puede haber también novedad y emoción en el cambio, en lo diferente. Tal vez el remolino no desacomodó mi vida, simplemente la acomodó de una manera diferente, necesito adaptarme a este nuevo acomodo.

El tiempo es diferente

El tiempo es ahora diferente, Juan tiene un ritmo muy lento y yo tengo que seguirlo, a veces me cuesta trabajo y pierdo la paciencia, tengo que hacer un alto y retomar de nuevo para estar con su ritmo, he aprendido que las cosas más simples son las importantes, asearse y arreglarse le lleva gran parte del día, ir a la terapia y a las citas médicas es el centro de nuestra vida aquí en Houston, la vida nos ha cambiado y solo podemos hacer una sola cosa en el día.

Fuimos al Museo

La zona en dónde está ubicado el departamento está muy bonita, enfrente está el parque Hermann, es como un bosque, pues hay grandes pinos, robles, maples, gran variedad de grandes árboles hermosos, numerosas ardillas, que se acercan cuando vas por los caminos para los corredores, también está ubicado un campo de golf, lagos con patos y garzas, y varios museos. Juan y yo nos hemos propuesto conocer los museos, para eso nos tenemos que ir a pié y pasar por el parque, es un camino largo y pesado en las condiciones en las que nos encontramos, al principio él empujaba su silla de ruedas un rato hasta que se cansaba, después la empujaba yo hasta cansarme, así nos turnábamos, pero, descubrimos que cuando empujábamos los dos al mismo tiempo la silla, la tarea se hacía más fácil y lográbamos no cansarnos. Eso me hizo reflexionar que cuando vives en pareja y los dos jalan parejo y para el mismo lado, cuando se suman las voluntades y las energías, la vida es más sencilla.

La vida en el departamento

La vida en el departamento no ha sido fácil, hay demasiadas tareas que hacer y Juan requiere mucho de mi tiempo. El estar rodeada de belleza, los jardines, la alberca, el parque, el centro de negocios, el café, el mismo departamento, contrasta con la situación por la que estamos pasando. No puedo decir que eso no ayude, sin embargo, sigo pensando que lo único importante en esta vida es el amor, el permitir que la compasión te llene de amor, el ofrecer amorosamente cada día y decir, solo por hoy, solo hoy voy a perfeccionarme en el amor, porque solo cuando tienes amor puedes disfrutar de la lluvia cuando hay tormenta.

Ya estamos completamente instalados y hoy iniciamos la nueva terapia, Juan avanza lentamente, los ejercicios que le pusieron fueron más difíciles y tiene mucha más movilidad, le dejaron tarea y por supuesto que la hizo al pie de la letra, realmente me está dando un ejemplo de disciplina y fortaleza. Juan Juan, mi hijo y Gaby su esposa nos acompañaron, es muy reconfortante sentir el apoyo de las personas que quieres, que aunque estén lejos, cuando los necesitas están presentes.

La nueva terapia

Juan continúa con su rehabilitación, la semana pasada fuimos por primera vez a la nueva terapia, Judy es una terapeuta de color, cuando supo que habíamos llegado en un camioncito que pasa por los departamentos, equipado para sillas de ruedas, pero, que tiene una ruta establecida, por lo cual, nos dejó como a seis cuadras del Hospital, se compadeció de nosotros y nos llevó ella misma de regreso al departamento en su camioneta. Muchas veces recibes afecto de quien menos esperas.