He estado viviendo casi tres meses en Hospitales, si alguien me hubiera dicho que esto nos iba a suceder no lo hubiera creído, no hubiera podido ni siquiera imaginarlo. Ha sido una experiencia difícil, tal vez, más difícil para Juan que para mi, sin embargo, a pesar eso, también ha sido de aprendizaje, hemos aprendido que:
La vida puede cambiar de un momento a otro.
Que la vida puede ser más simple y uno mismo se la complica.
Que se puede vivir con tres pantalones, tres blusas, tres cambios de ropa interior, unos zapatos y un par de calcetines que laves todos los días.
Que se puede ser feliz en un cuarto y con un baño, sin adornos costosos, ni cosas superfluas.
Que en realidad las cremas y los perfumes, son artículos fascinantes, pero innecesarios.
Que la amistad y el amor es lo más importante.
Que el día de hoy es más importante que el futuro.
Pero, más que nada he aprendido que a pesar de todo, se puede ser feliz.
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Queridos Juan y Cristina, les envio un ENORME abrazo, mi familia y yo los tenemos constantemente en nuestras oraciones. Gracias por su ejemplo de fortaleza y aceptaciòn que han tenido en estos momentos tan difìciles que estàn viviendo. Cuando Dios nos manda algunas pruebas hay que ver no por què, sino para què!!!.
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